El todo es mayor que la suma de las partes. Seguro que más de una vez escuchó esta cita en sus lecciones de la escuela. Sin embargo, ¿sabía que tiene una estrechísima relación con la teoría de sistemas?
Si no entiende nada, tranquilo, a continuación vamos a desarrollar de qué trata esta teoría y qué significa eso del todo y las partes. Además, abordaremos cuáles son los campos donde puede aplicarse y las ventajas que esto aporta. ¡Siga leyendo!
Teoría de sistemas: ¿qué es y porqué surge?
La teoría de sistemas tiene sus orígenes en la ciencia y la filosofía, por lo tanto, tiene una larga historia. No obstante, no empieza a tenerse en cuenta hasta mitad del siglo XX con los aportes de Ludwig Von Bertalanff.
Este biólogo de nacionalidad austriaca trató de comprender el fenómeno de la vida. Y en ese momento, fue cuando se enfrentó a la cita que encabezaba este artículo. Bertalanff se dio cuenta de que las partes carecen de valor si no forman parte de un todo.
Veamos un ejemplo basado en sus propias investigaciones: el cuerpo humano es un todo compuesto por partes, es decir, los órganos. ¿Qué sucede si una de esas partes no funciona bien? El efecto no es aislado, hay una repercusión general. Esta era la idea que quería transmitir, la interrelación es necesaria.
Puede que siga confuso y queremos aclarar que no hemos venido a hablar de biología y el cuerpo humano. Sin embargo, esta contextualización historia era necesaria para comprender cómo el Bertalanff llegó a formular la teoría que nos ocupa.
Esto se extrapoló al mundo empresarial y de las organizaciones. De esta forma, Bertalanff demostró que las empresas no son estáticas y que las interconexiones son cruciales para su correcto funcionamiento.
Este giro en la teoría nos permite hoy en día comprender mejor las organizaciones como un conjunto unitario y complejo. Cada parte realiza acciones que van encadenándose para conseguir un ente completo y funcional. Si falla una parte afecta al todo.
Principios generales de la Teoría de Sistemas
El biólogo austriaco no consiguió entender qué es la vida porque se trataba de un sistema cerrado. Es decir, no establece una relación con el exterior para su funcionamiento. Esta fue la barrera con la que se encontró pero que le llevó a entender mejor otros tipos de sistemas como pueden ser las empresas. A partir de esto podemos enumerar los siguientes principios:
- Relación de entradas-salidas: esta es justo la característica de la que hablábamos al comienzo de este apartado. El sistema depende de “entradas” que otros sistemas han convertido en “salidas”. Y así se genera una cadena infinita. Por ejemplo, cuando se convierte el grano en harina estamos ante una salida. Esta, a la vez, es entrada para una panadería, que al fabricar pan vuelve a transformarlo en salida,…
- Jerarquía: existe un orden que puede dividirse en subsistemas y así de forma continua, esto responde al principio de recurrencia. Además, esto implica que cada uno de estos niveles tiene una dependencia de los otros.
- Equifinalidad: esto significa que dos sistemas diferentes pueden llegar a un mismo objetivo. Es decir, no hay un modo único de realizar las tareas para alcanzar una meta concreta.
- Totalidad: se entiende el sistema como un todo compuesto por diferentes partes interrelacionadas.
- Retroalimentación: para garantizar el funcionamiento de cualquier sistema debe estar controlado a través del análisis de la información que los propios sistemas generan. De este modo, podemos evaluar si los resultados obtenidos se corresponden con los objetivos previamente definidos.
Pensamiento sistémico en las empresas
Las organizaciones que integran la teoría de sistemas tratan de ver la realidad como un todo. Este que se compone de partes interrelacionadas, que no pueden entenderse por separado.
A partir del pensamiento unificado del sistema completo las empresas pueden obtener una visión estratégica donde cada operación puede mejorarse y lograr una sinergia positiva. Asimismo, es muy útil para conocer el funcionamiento de la organización y la integración de sus elementos.
De igual modo, al requerir un análisis de forma continua teniendo en cuenta todas las partes sirve para detectar posibles problemas y resolverlos eficientemente.
Aunque el pensamiento sistémico está más arraigado a perfiles profesionales como los ingenieros, matemáticos o expertos en tecnología, cada vez se introduce en más las disciplinas.
Por lo tanto, desde el departamento de recursos humanos junto con la dirección deberían fomentarlo para mejorar sus resultados. Si todas las áreas de la compañía conocen y son partícipes de la aplicación esta teoría el negocio tendrá más fácil abordar situaciones complejas e, incluso, mejorará el compromiso laboral.