La selección de personal es un momento importante tanto para la empresa como para el candidato. ¿Sabes qué es una entrevista de trabajo? ¿Cómo debe actuar el postulante? ¿Y qué debe hacer la compañía para averiguar la máxima información?
En primer lugar, debemos tener claro qué es una entrevista. Se trata de una conversación o diálogo entre dos o más personas. Generalmente, una de ellas realiza las preguntas y otra las responde. Con el fin de dar a conocer un tema o asunto de interés para la parte entrevistadora.
Existen distintos tipos de entrevista, pero la laboral es la que se enmarca dentro del proceso de selección. De este modo, la empresa podrá conocer y analizar al candidato para determinar si se ajusta a las necesidades de la vacante.
Por su parte, el profesional postulante debe demostrar que es adecuado para el empleo y cuenta con las capacidades necesarias para desarrollar su actividad en la organización.
¿Cómo debemos estructurar la entrevista de trabajo?
Desde el punto de vista de la empresa, en primer lugar, debemos determinar qué tipo de entrevista vamos a realizar. Existen múltiples opciones, que pueden hibridarse y combinarse. Pero pueden dividirse en tres categorías:
- Dirigida: el entrevistador realiza preguntas muy concretas y el candidato tiene poco margen para las respuestas. En este caso, el postulante debe actuar del mismo modo: respondiendo al asunto de forma específica y sin extenderse en exceso.
- Semidirigida: utiliza las preguntas concretas pero también las abiertas. De este modo, el entrevistador puede observar cómo se desenvuelve el profesional. En este tipo de entrevistas, el profesional debe ser espontáneo pero comedido. A la vez que es una oportunidad para mostrar sus habilidades de comunicación y organización.
- Entrevista grupal: se convoca a más de una persona para realizar una simulación y debatir un tema. Tras la conversación se llegará a unas conclusiones. De esta forma, el entrevistador puede ver cómo se relacionan los candidatos y sus comportamientos.
En segundo lugar, tendrá lugar la entrevista que debemos haber preparado previamente. El entrevistador debe conocer las características del puesto a cubrir, haber leído los currículos, preparar algunas cuestiones,…
Mientras que el candidato debe haberse interesado por conocer la empresa, haber preparado una pequeña presentación, así como prestar atención a su imagen personal.
Una vez están cubiertos ambos pasos, el postulante será citado para llevar a cabo una entrevista en persona, de forma telemática o por llamada. Sea cual sea su tipología, se dividirá en tres partes.
La presentación: el lugar de las primeras impresiones
La primera impresión solo puede darse una vez, así que esté atento. Y por si lo está pensado, no se trata solo de ir vestido acorde con la situación. Su forma de comunicarse será analizada desde el primer contacto.
Dicho esto, la presentación es el momento donde el encargado de los Recursos Humanos explicará las características y condiciones del puesto de trabajo. Por su parte, el candidato debe prestar especial atención para preguntar las dudas. Asimismo, mostrará su interés por la información que se le está dando.
Desarrollo: el momento de conocerse
En esta fase, el reclutador intentará conocer al candidato al máximo. Este es el momento en el que el candidato debe darlo todo, ofrecer su mejor versión. Los aspectos que le definen y diferencian del resto serán claves para convencerle de que encaja en este puesto.
Por ejemplo, se hablará de la formación, experiencia profesional y otras habilidades personales. El candidato debe prestar especial atención a las fechas y datos para que coincidan con los de su currículum. De lo contrario, aunque solo sea fruto de los nervios, dará una mala imagen.
Cierre: el tiempo para aclarar las dudas
Finalmente, el postulante podrá preguntar las dudas que no hayan quedado resueltas sobre el puesto: horario, salario, tipo de contrato,…
El departamento de RRHH sufre un desarrollo continuo. Es una profesión en constante actualización debido a las nuevas técnicas de reclutamiento y gestión del talento. Por ello, es importante tener una formación especializada.
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