¿Puede una máquina pensar por sí misma? Aunque suene a película de ciencia ficción, actualmente sí es posible. En esta entrada, tratamos qué es la inteligencia artificial (IA) y cómo ha cambiado nuestra realidad.
Asimismo, expondremos sus beneficios, pero también los riesgos que entraña que las máquinas puedan ser más inteligentes que los humanos. También hablaremos de las diferencias entre la IA y los programas informáticos.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Aunque no existe una definición aceptada por todos los expertos, ya que es una ciencia nueva y en constante cambio. De forma general, podemos hablar de que es una combinación de algoritmos. Estos tienen el objetivo de que las máquinas puedan pensar y actuar igual que el ser humano.
Dicho de otro modo, la IA es una forma de intentar la inteligencia humana a través de un software. En este sentido, Stuart Russell y Peter Norvig diferenciaron cuatro tipos de sistemas:
- Piensan como humanos: trata de imitar el funcionamiento del sistema nervioso humano a través de redes neuronales artificiales. De este modo, automatizan actividades relacionadas con el pensamiento humano como la toma de decisiones o el aprendizaje.
- Actúan como humanos: los sistemas intentan emular los comportamientos humanos. Un ejemplo de estos son los robots y los androides.
- Sistemas que piensan racionalmente: estos intentar simular los pensamientos lógicos racionales de los humanos. Es decir, que las máquinas sean capaces de razonar y actuar en consecuencia. Esto se materializa en los sistemas expertos.
- Sistemas que actúan racionalmente: los agentes inteligentes, por ejemplo, tratan de emular de manera racional el comportamiento humano.
Los profesionales de la informática serán los encargados de determinar el futuro de la IA. Si quiere ser parte de esta revolución, le animamos a que realice este Doctorado en Informática que le ofrece la Universidad Americana de Europa (UNADE).
Evolución de la inteligencia artificial desde “El Turco” hasta Alan Turing
La inteligencia artificial continúa siendo un concepto futurista, pero con antecedentes más antiguos de lo que podríamos imaginar. Por ejemplo, en tiempos de Aristóteles, ya se intentaba reglar la mecánica del pensamiento humano.
O, más tarde, algunos coetáneos de Leonardo Da Vinci trataban de crear máquinas capaces de comportarse como los humanos. A pesar de que ambas épocas no contaban con la tecnología actual, sus inquietudes eran similares a las actuales.
A modo de anécdota, y en relación con el anhelo de las antiguas generaciones por construir máquinas inteligentes, hablaremos del autómata llamado “El Turco”. En 1769, un ingeniero de origen austriaco se paseaba por las cortes europeas retando a los presentes a jugar al ajedrez con su invento.
“El Turco” ganó a todos sus rivales. Lástima que más tarde se descubriese que era una artimaña. La máquina tenía espacio suficiente para alojar a una persona, y por dentro pasaron grandes maestros del ajedrez. Así era muy fácil ganar.
Aunque finalmente se descubriese que no se trataba de una máquina inteligente. Desde aquella época se buscaba automatizar el pensamiento y el comportamiento humano.
Asimismo, podemos decir que este concepto que siempre categorizamos como futurista estaba presente en la mente de muchos desde hace varios siglos.
La inteligencia artificial moderna: clave en la derrota del nazismo
Ahora sí, en 1936 comenzó el proceso que nos ha traído hasta nuestros días la inteligencia artificial. Un experto matemático, Alan Turing, fue capaz de descifrar los códigos secretos de la máquina Enigma que utilizaban los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. De esta forma, los aliados pudieron leer sus mensajes y derrotar a las fuerzas enemigas.
Si se está preguntando cuál es la relación con el concepto que tratamos, se lo explicamos a continuación. Antes de finalizar la guerra, el matemático publicó su concepto de máquina universal. Que se trataba de describir un algoritmo informático y un ordenador.
Posteriormente, desarrolló el Test de Turing. Esta herramienta consistía en una prueba para comprobar si la máquina era o no inteligente. Su funcionamiento era sencillo: un interrogador pregunta las mismas cuestiones a la máquina y al humano. Y si no es capaz de distinguir de quien proviene la respuesta, la máquina posee inteligencia artificial.
Este test se formalizó en 1950, pero no fue hasta 64 años después cuando una máquina superó el Test de Turing. Esto fue en 2014, pero el verdadero auge comenzó con la aparición de ordenadores potentes que permitían experimentar.
Los beneficios de la automatización de las máquinas
Quién no ha pensado alguna vez que un robot haga las labores del hogar. Cuántos niños no habrán imaginado tener una máquina capaz de resolver sus ejercicios y tener más tiempo para jugar. La inteligencia artificial es un anhelo histórico para la humanidad. Pero, ahora que es una realizad, ¿realmente sabemos el porqué de su importancia?
- Análisis profundo y eficaz de datos: el Big Data es parte de nuestro día a día. Las empresas, e incluso los particulares, nos enfrentamos a grandes volúmenes de datos. Y como se ha demostrado, pueden aportar un gran valor siempre que sean correctamente gestionados y analizados. Así pues, aplicando las redes neuronales se pueden construir sistemas de detección de fraude, por ejemplo.
- Útiles para los negocios online: la IA puede adaptarse mediante algoritmos de aprendizaje progresivo para lograr que unos datos puedan programar. Es decir, a través de las estructuras y las regularidades adquiere una habilidad y puede predecir. Por lo tanto, es capaz de aprender a jugar a juegos de mesa pero también a recomendar productos en la web.
- Mejora de los productos existentes: la IA puede aportar mayor valor a bienes o servicios que ya utilizamos. Por ejemplo, Apple incorporó a Siri en su nueva generación de productos. Un dispositivo con características muy similares ganó relevancia a la incorporación de esta, ya que aportaba muchas funcionalidades. Por lo tanto, logró crear un producto más inteligente.
El uso de la inteligencia artificial en los negocios
Hemos mencionado algunas de las ventajas que ofrece la inteligencia artificial, pero, ¿se puede aplicar en cualquier ámbito? ¿Es útil para los negocios de cualquier sector? ¿Debería ser una realidad en las empresas actuales? ¿Cómo puede mejorar la experiencia del cliente?
Esta última cuestión es la base de cualquier negocio. Un cliente satisfecho es la mejor publicidad para la empresa. Por ello, vamos a abordar la IA en negocios en relación con este aspecto.
Antes de empezar a desgranar los departamentos, debemos tener en cuenta que en la actualidad, el consumidor es cada vez más exigente. El cliente lo quiere todo rápido y de forma sencilla. Por esta razón, las empresas deben trabajar este aspecto para captar y fidelizar.
Productividad para las ventas
El departamento de ventas es el encargado de hacer llegar los productos y servicios a los clientes. Por lo tanto, son los responsables de registrar la información sobre la compra. La IA en este caso permite agilizar los procesos relativos a las bases de datos. Al mismo tiempo, los clientes pueden registrarse de forma automática en la web. O puede recomendar respuestas en email contestando la información del CRM.
Mejora la atención al cliente
Los profesionales de atención al cliente son los encargados de atender las dudas y demandas de los consumidores. Por ejemplo, la IA puede redirigir llamadas a los agentes más cualificados para cada demanda. Así como recomendar soluciones o contestar un chat sin tener que esperar a que el comercial se conecte. Por lo que supone un ahorro considerable de tiempo.
Mayor predicción para las estrategias de marketing
El marketing ha ganado más importancia en los últimos años. El análisis predictivo permite conocer los hábitos de consumo, por ejemplo. De esta forma, los expertos en esta disciplina pueden aplicar estrategias más exactas.
El futuro: ¿qué riesgos conlleva que las máquinas puedan pensar por sí mismas?
No sabemos cómo será el futuro, pero el avance de la tecnología es imparable. ¿Puede ser esto el detonante para el fin de la humanidad? No queremos sonar alarmistas, pero citando un famoso discurso de Roosevelt debemos tener en cuenta que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Antes de entrar en los riesgos, debemos entender que la inteligencia artificial no funciona a través de unas órdenes programadas. Sino que utiliza los datos que recibe para obtener los resultados. Al intentar imitar el pensamiento humano, la máquina necesita un entrenamiento al igual que las personas. Así, el fallo es parte del aprendizaje.
Es decir, debe aprender a realizar las tareas. Por ejemplo, si queremos que la IA sirva para identificar imágenes de perros; es necesario que vea miles de fotos y pueda distinguirlos.
Al principio debe errar, pero así comprenderá cuáles sí son perros. De esta forma, irá mejorado su nivel de acierto. Finalmente, podrá trabajar de forma autónoma.
Ahora que tenemos claro su funcionamiento debemos referirnos a los riesgos que esto entraña. Como hemos visto, en un futuro cercano la IA será capaz de hacer todo lo que imaginamos.
Sin embargo, también tiene la capacidad de realizar cosas poco éticas. Pero a los gurús de la tecnología les preocupa más que las máquinas se vuelvan más inteligentes y consideren que prescindir de los humanos es beneficioso.
No obstante, nosotros consideramos que el ser humano es insustituible. Es habitual que la tecnología se presente como una amenaza para las personas. Pero con el paso del tiempo, hemos visto que surgen nuevas necesidades y puestos de trabajo que no pueden ocuparse por máquinas.
Por tanto, desde aquí nos mostramos optimistas ante el avance de la IA. Ya que, como hemos visto, puede aportar muchos más beneficios que riesgos. ¿Qué opina usted?