¿Sabía que la contaminación del suelo puede afectar a su salud? El aumento de los compuestos químicos en terreno tiene como consecuencia la degradación de su calidad. Esto provoca cambios que son perjudiciales tanto para los humanos como para el medio ambiente en general.
Puede que se esté preguntando cómo le daña esto a usted. Y aunque parezca exagerado le perjudica en todos los ámbitos. Por ejemplo, en la seguridad alimentaria o en la reducción del empleo. Estas son las consecuencias más directas, pero también tiene efectos en la biodiversidad. Y, por ende, en la salud de la Tierra.
Aunque suene catastrófico, tiene solución y está en nuestras manos. Pero en primer lugar debemos comprender cuáles son los factores que propician la contaminación del suelo.
Factores que favorecen la contaminación del suelo
Las causas de la contaminación no son siempre de forma directa. Es decir, no es necesario que los tóxicos se viertan directamente en el suelo. Algunas actividades utilizan contaminantes que acaban mal almacenados o son derramados intencionalmente.
Esto sucede habitualmente en las grandes empresas. Y lo que es más impactante, no es necesario que se dediquen a producción de químicos. La mayoría de las organizaciones utilizan estas sustancias en sus procesos productivos.
Asimismo, la agricultura es una de las causantes de la contaminación del suelo. Esto sucede a través del uso de abonos y fertilizantes de forma abusiva. Lo que en principio es una ayuda puede convertirse en un problema.
Aunque en muchas ocasiones pasen de inadvertidas, las acciones más normalizadas también favorecen la contaminación del suelo. Las conductas irresponsables en la recogida y tratamiento de basuras, el alcantarillado en mal estado o los tóxicos que expulsan los vehículos.
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Los grandes perjudicados: agua, tierra y aire
Unos de los grandes perjudicados en la contaminación del suelo son los recursos hídricos. Cuando los compuestos químicos se vienten sobre la superficie o son enterrados afectan a las aguas subterráneas. ¿Qué significa esto?
Esas aguas son utilizadas para el consumo humano, a su vez son el hábitat de muchas especies que también utilizamos para alimentarlos. Y, del mismo modo son utilizados para el riego de productos vegetales. Que posteriormente también comemos. Es decir, de forma directa o indirecta estamos ingiriendo tóxicos.
De igual modo, los químicos que acaban en la tierra hacen que el suelo pierda calidad. Además, de fomentar la contaminación de los productos que se cultivan. Así como, de los animales que viven en estos terrenos y que, en ocasiones, también consumimos.
Por otra parte, la contaminación de aire tiene repercusión en el suelo y el agua. Ya que los contaminantes fomentan el cambio climático, así como los efectos meteorológicos adversos.
En definitiva, podríamos hablar del efecto mariposa. Todo está interrelacionado y una pequeña acción puede desencadenar otras mucho mayores. Entonces, ¿por qué seguimos ignorando este tema?
Sea parte de la solución
Ahora que conocemos el problema, queremos aportar soluciones. Acciones que podemos realizar en nuestra vida cotidiana o implementar en nuestros negocios. Por ejemplo:
- Ecoagricultura: una producción alternativa a los cultivos que utilizan pesticidas y químicos. Volviendo a los procesos tradicionales.
- Reciclaje: fomentar la educación en este ámbito y llevarlo a cabo en los hogares.
- Mejora de las plantas de reciclaje.
- Mantener las redes de alcantarillado en buen estado.
- Regulación de prácticas empresariales.