¿Necesita moverse para fijar un concepto en su memoria? ¿Le han llamado la atención en clase por su inquietud? Puede que su forma de procesar la información se base en el aprendizaje kinestésico y le estén juzgando por ello.
El desconocimiento puede hacer que prejuzguemos a las personas por su forma de actuar. En la educación, conocer los estilos de aprendizaje puede ser crucial para entender y apoyar al alumnado en base a sus necesidades individuales.
Cada persona tiene su propio estilo de aprendizaje. No descubrimos nada nuevo en este sentido, pero ¿por qué cada persona tiene unas tendencias diferentes?
La adquisición de conocimientos es un proceso que cada individuo desarrolla de una forma personal. Por lo tanto, los métodos o estrategias que cada uno utilizamos atienden a nuestras propias preferencias.
De este modo, construimos nuestro estilo de aprendizaje. Este está influido por el bagaje cultural, la experiencia o la edad de cada persona. Pero esto no significa que un método sea mejor que otro, simplemente cada uno potencia unas características y cualidades.
Los distintos estilos de aprendizaje
Existen multitud de formas de categorizar el aprendizaje de una persona. Por ejemplo, en base a la teoría de las inteligencias, la clasificación de Kolb o, la que hoy nos ocupa, la sensorial.
Antes de desarrollar esta clasificación, debemos clarificar a qué nos referimos cuando hablamos de estilos de aprendizaje. Se trata del modo en el que una persona se comporta para adquirir unos determinados conocimientos.
En este sentido, cada modelo atiende a unas cualidades o características para entender el proceso. Aunque cada uno valora unos aspectos, la mayoría de ellos están condicionados por nuestra propia experiencia personal.
Los docentes son conscientes de que conviven distintas teorías gracias a las investigaciones en esta materia. Sin embargo, algunos procesos mentales continúan siendo un misterio actualmente.
Lo que tienen claro estos profesionales es que el aprendizaje es un proceso activo y que forma parte de nuestra naturaleza humana. Al mismo tiempo esto es signo de nuestra inteligencia.
Aprendizaje basado en la clasificación sensorial
La clasificación sensorial, también conocida como VAK, pone de manifiesto que cada persona tiene un sentido favorito o más desarrollado. Prestar atención a esto puede ser de gran utilidad para mejorar los procesos de aprendizaje.
Se distinguen tres grandes grupos dentro de la clasificación sensorial: visual, auditivo y kinestésico. Pero esto no significa que sean excluyentes, simplemente uno predomina por encima del resto. ¿Cuál cree que es el suyo?
Aprendizaje visual
Este estilo está relacionado con el sentido de la vista. Por lo tanto, las personas que lo tienen más desarrollado prefieren afrontar la información a través de la lectura y la visualización.
Se caracterizan por su facilidad para memorizar grandes cantidades de información. Además relacionan conceptos, realizan resúmenes y toman apuntes en clase. Destacan en las pruebas escritas.
Para este tipo de estudiantes, los recursos como los diagramas, folletos, imágenes,…son perfectos. Esto se debe a que sus habilidades incluyen la lectura, el dibujo o la escritura.
Aprendizaje auditivo
Las personas que cuentan con un estilo de aprendizaje auditivo prefieren hablar o escuchar frente a la lectura. Por esta razón destacan en los idiomas y la música.
Para ellos las instrucciones orales son más eficaces. Por esta razón, sus recursos más útiles son los documentales, charlas, radio o grabaciones.
Aprendizaje kinestésico
La cinésica está relacionada con el movimiento físico. Por ello, las personas que desarrollan un aprendizaje kinestésico captan la información haciendo o tocando.
Habitualmente, estas personas necesitan moverse constantemente para canalizar el aprendizaje. Por esta razón, son más eficaces en las pruebas de carácter práctico.
¿Qué dice la neurociencia sobre el aprendizaje kinestésico?
La neurociencia se define como “ciencia que se ocupa del sistema nervioso y de cada uno de sus diversos aspectos y funciones especializadas”. Es decir, trata de comprender los procesos que suceden en nuestro sistema nervioso a través de distintas técnicas o metodologías.
Dicho esto, tiene sentido que se hable de neurociencia de los procesos de aprendizaje, ya que están totalmente relacionados.
En este sentido, actualmente existe un debate abierto sobre nuestra forma de procesar la información. Aunque los estudios son muy numerosos y cada vez se sabe más acerca de nuestro funcionamiento.
Muchas de las investigaciones realizadas afirman que no existen tan solo tres formas de aprendizaje. Dado que el ser humano ha evolucionado, su adaptación es parte de un proceso de aprendizaje que puede haber estado influenciado por distintos factores. Por ello, cada sentido tiene su propia relevancia.
Entonces, ¿se pueden tener los tres estilos de aprendizaje? ¡Por supuesto que sí! Sin embargo, existe una confrontación de opiniones.
Por una parte, algunos expertos afirman que si su estilo predominante es el aprendizaje kinestésico, debe trabajarlo para desarrollarlo al máximo. Mientras que la neurociencia apuesta por el desarrollo de todos los estilos posibles con el fin de mejorarlos de una forma más amplia y eficiente.
Es decir, si ya eres bueno de forma visual, trabaja la cinésica y la auditiva para poder lograr un perfil más completo.
En definitiva, las personas que se desempeñan su labor dentro de la educación deben prestar atención al alumnado de forma individual. De este modo, podrán averiguar cuál es su punto fuerte y mejorar su forma de aprendizaje.
Si ya sabe cuál es su tipo de aprendizaje ideal, le animamos a que le saque el máximo partido estudiando nuestra Maestría en Educación. Después será usted quien enseñe a aprender a otros.