¿Ha visto la película de “El lobo de Wall Street”? Un joven comienza su carrera como bróker en la Bolsa de Nueva York. No se preocupe si no la ha visto, este no es un blog para cinéfilos. Solo recurrimos al cine para situar en el imaginario colectivo qué es el mercado de valores.
¿Ha funcionado? ¿Tiene en mente estos lugares de compra-venta de acciones? Aunque se trata de una cinta basada en hechos reales, queremos salvar las distancias. Por esta razón, nosotros no entraremos a valorar este mundo. Simplemente vamos a tratar de explicar qué es y para qué sirven los mercados de valores.
¿Sabría decir qué es el mercado de valores?
Empecemos por el principio, el mercado de valores es una institución donde se pueden vender y comprar acciones. A esto se le llama trading. Está regulado para controlar a los agentes del mercado y las operaciones que se realizan en él. Pero estas normas son variables en función de la bolsa en la que nos encontremos.
Volviendo a su funcionalidad, podemos decir que el mercado de valores es un instrumento financiero para generar ganancias. Pero, ¿quién puede ganar dinero? Cualquier persona que quiera comprar participaciones en una empresa.
Esto significa que una persona física o jurídica con capital suficiente adquiere participaciones en una empresa. Por lo tanto, pasa a ser accionista. En compensación con su inversión reciben dividendos. En otras palabras, una parte de los beneficios que obtiene la compañía.
Por lo tanto, en el mercado de valores existen dos piezas claves: los demandantes, que emiten títulos bursátiles para obtener capital y desarrollar su actividad. Y en el otro extremo, los ofertantes, que son los que compran los títulos con el fin de rentabilizar su inversión.
¿Cualquiera puede operar en bolsa?
Al comienzo de este post hablábamos de la figura del bróker en referencia a una película. Sin embargo, son una parte imprescindible en el funcionamiento del mercado de valores.
Es decir, cualquier persona que tenga suficientemente capital puede adquirir acciones. Sin embargo, para realizar el trámite y operar en bolsa se requiere un intermediario.
Este perfil profesional puede estar ocupado por una persona o una empresa. Y debe tener una autorización para comprar y vender en el mercado de valores.
Aunque el cine nos muestra llamadas de teléfono al grito de “¡Compra! ¡Vende!”. Actualmente, estos procesos se realizan a través de portales web especializados. Mediante un registro, se puede poner en contacto con un bróker e indicar en qué está interesado.
Asimismo, las entidades bancarias también disponen de este servicio. Que quizás, para comenzar puede resultar más sencillo. Aunque su comisión será más alta que la de un bróker independiente.
En conclusión, si quiere invertir en bolsa necesita un intermediario que opere por usted. Pero las órdenes las ejecuta usted.
La fluctuación de las cotizaciones en el mercado de valores
La última cuestión, y no por ello menos importante, es la fluctuación de las cotizaciones. Dicho de forma sencilla, hace referencia a las tendencias que determinan si sus acciones ganan o pierden dinero.
Por ejemplo, si la empresa que emite los títulos está en un buen momento, donde goza de una buena salud financiera y grandes ingresos, las cotizaciones subirán. Mientras que si se encuentra en una fase de recesión, bajarán.
Pero estos movimientos no solo dependen de la empresa donde haya invertido. Están sujetas a múltiples factores como la situación del mercado e, incluso, la situación social del momento.
El crack de la Bolsa de Nueva York
El crack de la bolsa en 1929 fue un hecho inesperado por la mayor parte de la población. Se vivía una época extraordinaria, había trabajo y el clima social era optimista a pesar de haber vivido una reciente guerra. Todo era favorable. Y como hemos mencionado, los factores psico-sociales son determinantes en la fluctuación del mercado de valores.
El propio gobierno emitió “bonos de libertad” en los dos últimos años de la Primera Guerra Mundial, como un modo de financiación de los aliados. Además, la inversión era promovida por iconos culturales.
Es decir, la inversión se interpretaba como un deber patriótico. Donde el riesgo no se consideraba. Al contrario, era un modo respetable de actuar, ya que las fluctuaciones no dejaban de crecer.
Sin embargo, pocos supieron ver la burbuja que se estaba creando. Y lo peor, poco tiempo después acabaría estallando. El motivo que desencadenó tal catástrofe económica fue la compra de acciones mediante préstamos de los corredores.
Esto supuso que ante una caída brusca, las pérdidas fuesen descomunales. Lo que era aún más grave teniendo en cuenta que la mayor parte de la sociedad había entrado en el juego de la inversión. Finalmente, la especulación financiera tuvo los resultados que todos conocemos. Depresión, impagos, desempleo,…
En conclusión, el mercado de valores es una herramienta capaz de aumentar el capital en unos segundos, pero también de destruirlo. Por ello, antes de invertir en Bolsa le recomendamos que tome unos estudios especializados en administración y finanzas como nuestras maestrías en línea.
Asimismo, estudie el mercado, la situación social y si puede, cuente con un experto en Bolsa. De esta forma, su salto al mercado de valores será mucho más seguro.