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Estrategias para la productividad laboral

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas de forma constante es al aumento de la productividad laboral. La complejidad del tema abarca tanto los procedimientos de producción y la certeza de la entrega de insumos. Por ejemplo, en el caso de la industria de la transformación. Y sobre todo, el progreso del capital humano que es la base de todo sistema productivo.

Entendemos como productividad la cantidad de bienes que es posible que un grupo de personas creen o transformen en un tiempo determinado. Así que, cuando hablamos de potenciar dicha productividad laboral, nos referimos a hacerla crecer en un número exponencial.

Los esfuerzos en conjunto de las distintas áreas de una empresa se convierten en un resultado que siempre estamos esperando ver crecer. De esta manera, la productividad laboral es un asunto multidisciplinario, es un tema de ingeniería al mismo tiempo que de psicología. Es decir, no solo hablamos de máquinas, sistemas y estructuras, consideramos también, y principalmente, el factor humano.

Nos enfocaremos en el papel de las personas dentro de las instituciones, pues de ahí surge todo. Tocaremos inicialmente el tema práctico, el organizacional y el de las herramientas que aumentan la productividad. Finalizaremos con el tema personal, donde cada sujeto en la corporación une su voluntad para generar una sinergia. Con ella se busca elevar el rendimiento de la empresa en su conjunto.

Procedimientos organizacionales para la productividad laboral

La fórmula generalmente aceptada para lograr aumentar los niveles de producción en cualquier empresa responde a los siguientes pasos:

  • Redactar un enunciado de misión: en él se encuentra la razón última de existencia de la empresa.
  • Hacerlo saber a toda la organización: comunicarlo por todos los medio. Sobre todo lograr el compromiso de los mandos medios hacia la misión.
  • Alinear cada una de las áreas: esto se logra diseñando un plan con objetivos. Por ejemplo, las tareas, responsables y plazos de entrega de cada departamento.
  • Capacitar al personal para llevarlo a cabo: en toda empresa, la formación y entrenamiento de los trabajadores es una condición esencial para lograr objetivos.
  • Evaluar el cumplimiento de dicho plan: realizarse cada determinado tiempo con el fin de medir los logros y encontrar nuevas áreas de oportunidad.
  • Rediseñar el plan para el siguiente período: a partir de la apreciación que se logra en la evaluación, proponer nuevas estrategias de acción para la siguiente fase.

La persona como centro de la productividad laboral

Hemos expresado cada uno de los pasos para potenciar la productividad laboral. No obstante, una condición previa es trabajar en las decisiones personales de cada sujeto en la organización. La suma de todas esas decisiones particulares constituye el avance de la propia empresa.

De esta forma, nos damos cuenta de que debemos dar a los miembros de nuestro equipo los estándares de lo que es realmente prioritario para la corporación y capacitarlos para mantener sus decisiones inclinadas al interés general.

Empoderar con claridad

Después de esto, tomamos el esquema detallado de objetivos, acciones y responsables de tarea, con el fin de tener bien claro quién debe hacer qué. Y lo presentamos al trabajador desde un punto de vista de empoderamiento.

Es vital valorar el cambio de paradigma que se puede lograr en una persona al otorgarle la potestad de decidir en su área. El trabajador sabe de antemano que tiene un deber. Sin embargo, al darle sus tareas con un buen encuadre, sabrá también que bajo ciertas prioridades que ya están claras tiene poder de decisión.

Mantener nuestras decisiones en lo realmente importante

Ahora debemos trabajar en eliminar de nuestra rutina todas aquellas actividades que no nos representen ninguna posibilidad de reducción del tiempo de producción. Es una auditoría de la burocracia inútil las acciones que muchas veces distraen, lo que llevará a nuestra organización a volver realidad la misión de la institución.

Decidirnos a lograr lo extraordinario

Que cada persona dentro de la organización se decida por sí a lograr lo extraordinario es un Big Bang de liderazgo en la productividad laboral. Podemos analizar muchos factores, pero en realidad, todo se resume en un objetivo: tener una gran razón.

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Nos tomaremos el tiempo de decidir si lo que nos ofrecen va a elevar nuestra productividad laboral

Todos realizamos nuestras tareas cotidianas. Las que son deberes y las que son placeres por algún motivo. Por ejemplo, tengo hambre y busco comida, tengo sueño y busco un lugar donde descansar. Pero para decidirnos a lograr lo extraordinario, debe existir en nuestra vida un motivo poderoso. Algo que nos inspire a ir más allá, un porqué más grande que el miedo. Una inspiración que cada día provea a nuestra mente del combustible para llegar un kilómetro más adelante, a entregar media hora más o a crecer personalmente lo suficiente que se note la diferencia.

La atención consciente

El exceso de información al que nos enfrentamos día a día por diversos medios puede llegar a confundir nuestros caminos de pensamiento, e incluso distraernos por horas en actividades que no nos reportan ningún resultado. Ejemplos de ello son las redes sociales, los videojuegos de bolsillo o las series que ahora vemos en vídeo en el propio teléfono móvil.

Para lidiar y salir victoriosos de esta lucha que mantienen los medios por acaparar nuestra atención debemos recurrir a nuestra consciencia. Permanecer en un estatus de constante alerta. Así, a cada impulso recibido del exterior, nos tomaremos el tiempo de decidir si lo que nos ofrecen va a elevar nuestra productividad laboral. O si por el contrario simplemente debemos evitarlo hasta que nuestra propia consciencia nos diga de qué forma puede apoyar nuestro crecimiento personal.

Enfoque en el desarrollo personal

Podemos engañarnos pensando que la productividad se puede lograr a través de que nuestro personal permanezca más horas en el taller o la oficina, pero pronto dicho pensamiento se verá confrontado con la realidad de una baja productividad.

En cambio, si nos enfocamos en el desarrollo integral de la persona, es decir, trabajar en su cuerpo, su mente, sus emociones y su espíritu, lograremos que cada persona se encuentre en óptimo estado de salud, de alimentación, de motivación, buen sueño, que realice actividad física y que se dé tiempo de distraer su mente en actividades lúdicas, veremos entonces cómo la productividad laboral efectivamente aumenta.