Las empresas buscan cada vez más que los entornos laborales sean espacios adaptables. Y en esta cuestión entran en juego los miembros que forman la organización. De ellos depende en gran medida, la flexibilidad y maleabilidad para ajustarse a los nuevos retos que surgen.
Desde los directores hasta los operarios de producción deben contar con habilidades sociales para que el cambio sea natural. Existen muchas técnicas para mejorar nuestro perfil profesional en base a nuestras propias capacidades personales. Sin embargo, pocas veces se habla de los beneficios de la multiculturalidad e interculturalidad en las empresas.
Ambos conceptos suelen ser confundidos entre ellos, a la vez que se desligan de entornos laborales, centrándose únicamente en valores culturales. Pero ahí reside su importancia, ya que extrapolar estas cuestiones al ámbito del trabajo puede ser de gran ayuda para mejorar nuestras habilidades sociales y, en consecuencia, los resultados de la compañía.
Multiculturalidad e interculturalidad: las diferencias que unen a estos conceptos
En primer lugar, cuando hablamos de multiculturalidad nos referimos a cuando varias culturas coexisten, se toleran y respetan. Mientras que la interculturalidad se da en el momento en el que distintas culturas interactúan y generan expresiones culturales compartidas.
Por lo tanto, ambos términos pueden ser complementarios. Ya que un entorno multicultural puede ser intercultural a la misma vez. Veamos un ejemplo:
Durante la Guerra Civil Española muchas personas emigraron a Latinoamérica. De esta forma, la cultura de los inmigrantes españoles se asentaba junto con la nativa latina. A esto lo llamamos multiculturalidad, porque ambas culturas convivían de forma respetuosa.
Posteriormente, con el paso del tiempo, ambas partes van tomando aspectos de la otra. De esta forma, generan nuevas expresiones, que son a la vez de ambas culturas. Por lo tanto, esto sería interculturalidad.
En este sentido, la multiculturalidad e interculturalidad pueden darse entre distintos grupos de edad, sexo, situación económica o procedencia. Mientras que se produzca una convivencia de forma respetuosa y se cree un aprendizaje común.
¿Cómo mejorar los entornos laborales a través de la multiculturalidad e interculturalidad?
Las empresas no tienen fronteras, por lo que las barreras espacio-temporales quedan diluidas. ¿Por qué no aprovechar esto como una ventaja competitiva dentro de los equipos de trabajo?
Actualmente, las empresas están formadas por trabajadores de distintas edades, géneros e, incluso, nacionalidades. Estas organizaciones son, por tanto, una fuente de diversidad. Lo que a la vez es una ventaja tanto para las personas que la componen como para la propia compañía.
Los expertos coinciden en que la tolerancia es uno de los pilares fundamentales para la adaptación. De este modo, si todas las partes que integran una empresa se respetan profesional y personalmente podrán mejorar los resultados dentro de la organización.
Los equipos pueden estar compuestos de personas de distinta índole. Sin embargo, esto puede ser una ventaja para fomentar la creatividad y el respeto por las ideas ajenas. A la vez, puede aportarse una visión globalizada desde distintos puntos de vista.
Por otra parte, las empresas que incorporan la multiculturalidad e interculturalidad pueden hacer gala de sus habilidades comunicativas. Esto se debe a que entre los trabajadores existen distintas lenguas, pero estas están acompañadas de sus propios elementos paralingüísticos. Cuando varias culturas conviven, unas se nutren de las otras y mejoran el entendimiento entre ellas.
Esto es fundamental en las empresas de carácter internacional, ya que sus estrategias deben estar adaptadas al público al que se dirigen. Por lo tanto, la multiculturalidad es fundamental para alcanzar el éxito en este sentido.
La cultura corporativa
Se entiende por cultura corporativa el “conjunto de creencias, valores, costumbres y prácticas de un grupo de personas que forman una organización”. Esta se forma a través de las personas que conforman la empresa y sus acciones dentro de ella.
Poner el foco en el conjunto, y no en el individuo, es clave para lograr crear un ambiente de diversidad cultural corporativo. De este modo, todos los miembros se sienten representados y pueden generar nuevas expresiones en base a su experiencia en el entorno laboral.
En este sentido, el departamento de recursos humanos es parte esencial. De su trabajo depende seleccionar a personas capaces de adaptarse. Pero también de adoptar medidas que fomenten la tolerancia y respeten la diversidad.
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