Hoy en día buscar un empleo es una ardua tarea. Cada vez más, los profesionistas cuentan con mejores habilidades académicas y sociales; lo que dificulta los procesos de selección a las empresas. Sin embargo, si usted tiene una carta de recomendación laboral puede destacar sobre el resto de candidatos.
En la actualidad, el acceso a la educación ha hecho que la competitividad para encontrar un trabajo sea mucho mayor que años atrás. Pero esto no es más que una oportunidad para reinventarse, sacar lo mejor de cada uno y, por qué no, recurrir a sus contactos para seguir creciendo laboralmente.
La carta de recomendación laboral para conquistar al reclutador
La carta de recomendación laboral es un documento formal que emite una empresa en relación con un trabajador que ya no forma parte de ella. Su objetivo es plasmar las cualidades y la experiencia de una persona dentro de una organización después de que finalice su relación.
Es por tanto, un modo de justificar lo que nosotros contamos en nuestro currículum o entrevista personal, avalado por nuestra experiencia anterior en otra compañía. Es una herramienta que se emite voluntariamente por parte de la organización y de gran valor para un postulante.
Puede ser el factor determinante para que en un proceso de selección se decanten por un perfil u otro. Ya que pueden contrastar de forma fiable la carrera laboral del candidato.
¿A quién debe pedirle su carta de recomendación laboral?
Si su contrato laboral ha finalizado o está a punto de hacerlo, quizás es el momento de solicitar su carta de recomendación. En primer lugar, debe pensar quién es la persona más adecuada para redactarla.
Puede ser el director ejecutivo de la compañía, el departamento de recursos humanos o su supervisor directo. Tenga en cuenta que cuanto más le conozca y haya tratado con usted, mejor podrá expresar sus cualidades y capacidades en el desempeño de su labor.
No olvide, que es un trámite formal. Por lo tanto, diríjase a quién corresponda de la forma adecuada: concierte una cita, llame por teléfono o escriba un email con su demanda. En este punto, explique a esa persona qué necesita y por qué. Así podrá entender perfectamente la cuestión y responder correctamente.
Elementos que no pueden faltar en una carta de recomendación
En primer lugar, la empresa emisora de la carta debería utilizar sus recursos corporativos. Por ejemplo, utilizar una hoja membretada por la empresa. Puede parecer una cuestión banal pero aporta formalidad y credibilidad al documento.
Asimismo, en el encabezado deben utilizarse fórmulas como “A quien corresponda”, “Estimados señores/as”, “Atención a…”. Seguidamente, se introduce el texto presentándose en primer lugar el recomendador, con su nombre, documento de identidad y su cargo; posteriormente se menciona al recomendado con los mismos datos.
En adelante, el recomendador debe referirse al periodo de tiempo que el recomendado estuvo en la empresa. De igual modo, se mencionarán algunas aptitudes positivas del trabajador, pero sin resultar exagerado.
A continuación, se desarrollan con cierto detalle el cargo y las tareas que realizaba el trabajador. Puede incluirse en este punto, también, si el recomendado recibió algún tipo de formación en la empresa.
Para finalizar se cierra la carta con una frase de recomendación. Esta última oración sirve para poner en valor la figura de esta persona y avala su trayectoria laboral en la organización. Se firma y se estampa el sello de la compañía.
Desde el otro lado: el papel de los reclutadores
Si usted está al otro lado, es decir, forma parte del departamento de recursos humanos, estará en contacto con multitud de cartas de recomendación laboral. Por este motivo, es importante que tenga una formación adecuada como nuestra Maestría en dirección y gestión de recursos humanos.
De esta forma, usted sabrá cómo interpretar la carta. Al mismo tiempo, usted también podría escribir una carta de recomendación para los trabajadores de su empresa. Por lo tanto, los consejos anteriores pueden ser de gran utilidad.
En definitiva, la carta de recomendación laboral es una herramienta de gran valor tanto para trabajadores como para los seleccionadores. Los primeros pueden contrastar la información, mientras que los segundos añaden valor a su candidatura.