Los acuerdos comerciales internacionales permiten beneficiar a los implicados en ellos. Se sientan los derechos y obligaciones de ambas partes. En los últimos años, se han basado en la teoría de la ventaja absoluta y comparativa, que sirve para favorecer la especialización en determinados productos.
¿No sabe de lo que estamos hablando? ¿Desconoce el significado de estos conceptos? ¡Se lo contamos todo al detalle! Así podrá comprender la diferencia entre la ventaja absoluta y competitiva. Pero además, será capaz de entender qué papel juegan dentro del comercio exterior.
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Diferencias entre ventaja absoluta y comparativa
El comercio internacional permite intercambiar bienes y servicios entre diferentes países. No obstante, la falta de control puede desencadenar una competencia desleal. Es más, fue la causa por la que surgió esta teoría. Su autor la creó con el fin de proteger a los mercados europeos del gigante estadounidense.
¿Qué es la ventaja absoluta?
Producir más con menos. Así de simple, esto es la ventaja competitiva. Dicho de otro modo, sucede cuando usted o su empresa es capaz de generar más bienes con menos recursos. Por lo tanto, es más eficiente en su proceso productivo.
Esto repercute directamente en la comercialización de los mismos tanto dentro como fuera de un país. Pero sobre todo, es relevante a nivel internacional. Esto sucede porque permite que algunas empresas salgan beneficiadas y obtengan una mayor cuota de mercado debido a esa ventaja absoluta.
La teoría de la ventaja absoluta fue promulgada por Adam Smith. Esta indica que los territorios que se especializan en el producto sobre el que tienen ventaja pueden exportarlos para obtener beneficios. Y estas ganancias pueden invertirse para obtener productos que no sean tan sencillos de elaborar por distintos motivos. De este modo, se crea un ciclo eficiente entre los diferentes países que se retroalimentan a través del comercio internacional.
¿Qué es la ventaja comparativa?
Por su parte, la ventaja comparativa significa poder producir algo utilizando relativamente menos esfuerzos o recursos que otro. Como su nombre indica, en comparación con X puede ser más eficiente, pero no necesariamente será el mejor. Esta teoría que es más antigua que la anterior. Fue David Ricardo quien la ideó pensando en dos cuestiones:
- Especialización en los productos en los que sean relativamente mejores.
- Coste de oportunidad.
Este último concepto hace referencia al coste al que renunciamos al tomar una decisión. Es decir, todo aquello que perdemos por lo haber elegido la mejor opción posible.
En relación con la ventaja comparativa, al elegir la producción de bienes en los que somos relativamente mejores estamos renunciando a ciertos beneficios. Ahí es donde debemos valorar el coste de oportunidad, es decir, lo que podemos perder tomando esa decisión.
Ventaja absoluta y comparativa en las relaciones internacionales
La importación y exportación de productos es fundamental para la sociedad actual. La imperiosa necesidad del “aquí y ahora” hace imprescindible contar con productos fuera de temporada, e incluso, imposibles de producir en determinados lugares.
Pero además, se suma la variable del coste, los consumidores demandamos el menor precio posible. Así pues, rápido, barato, de calidad,…son los principales requisitos en el mercado actual.
Por estos motivos, el comercio internacional logra que los diferentes países se retroalimenten con sus productos estrella y puedan satisfacer las necesidades de la sociedad. Para ello, se establecen políticas que protejan a los implicados en los intercambios.
En cuanto a la ventaja absoluta y comparativa son dos formas de afrontar el comercio exterior. En otras palabras, se trata de elegir el modo que más beneficioso es para el territorio y sacarle el máximo partido.