Prácticamente desde el origen de la civilización los diversos grupos humanos han tenido la necesidad de establecer algún tipo de sistema económico. Y que les permitiera administrar los recursos para prosperar y mantener al incipiente organismo social. De esta manera, la humanidad fue dejando atrás los sistemas rudimentarios como el del trueque, el feudalismo y el esclavismo hasta llegar a lo que se bautizó como la economía de mercado que sigue vigente hasta nuestros días.
Economía de mercado
«La economía de mercado es el sistema en el que las fuerzas de la oferta y la demanda operan de forma más o menos libre para establecer los precios de las mercancías». Gracias a la adopción de la economía de mercado y a la aceptación del dinero como equivalencia universal de todas las mercancías, se extendieron los horizontes de las personas y los pueblos más allá de los límites de la capacidad de producción local.
Por ejemplo, un criador de ovejas que quiere manzanas no depende más de encontrar a un productor de éstas que necesite ovejas para intercambiarlas. Ambos acuden al mercado a vender. Y ya sea, por dinero sus mercancías o a comprar lo que necesiten a cambio también de dinero.
Esta práctica puede parecernos ahora una obviedad, pero en las sociedades antiguas significó un enorme progreso económico. Y tan solo comparable con las posibilidades que, desde hace apenas un par de décadas, nos ofrecen los procesos de globalización en materia de intercambio comercial.
Desde su nacimiento se ha discutido no solo la conveniencia, sino la necesidad de la intervención del Estado en la economía de mercado de una sociedad. Hasta la fecha, existen férreos defensores de una y otra posturas enfrascados en tremendas discusiones sin lograr ponerse del todo de acuerdo.
Dos de los sistemas más conocidos quizá por recientes son el capitalismo. En el que el mercado se autorregula con una mínima intervención del estado y el socialismo. En el que el mercado es fuertemente intervenido por este. Si bien el socialismo luego de algunos años no logró subsistir. La ausencia de intervención contribuye a la desigualdad. Y al abuso mientras que, lo contrario, debilita la economía y la vuelve insostenible.
Economía social
Existen dos grandes participantes que conforman la economía. El sector privado, representado por las empresas cuyo objetivo es el de generar ganancias. Y el sector público, formado por el estado con la finalidad de cumplir una función social. Pero existe además un nivel intermedio nacido a mediados del siglo XIX. Se le ha denominado con el término de economía social, también conocida como economía solidaria o tercer sector.
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«La economía social, es el conjunto de acciones que realizan las empresas de este sector en búsqueda de una transformación social a través del trabajo colaborativo». Las empresas de la economía social se distinguen principalmente por la democracia al momento de tomar decisiones. La propiedad social de los recursos de la organización, la distribución equitativa de beneficios entre sus integrantes. Y el compromiso social en favor de la comunidad.
Algunos miembros característicos son las empresas cooperativas, los sindicatos, las fundaciones y las sociedades laborales, entre otras. Esos entes económicos normalmente nacen debido a los vacíos que han dejado tanto el sector privado como el público. Y que cierto grupo social estima conveniente llenar.
Economía laboral
Repasando la teoría económica clásica, encontramos que los tres factores de la producción son tierra, trabajo y capital. El trabajo, por lo tanto, como uno de los factores básicos de la producción. Y que representa la participación directa de las personas en la economía ha desarrollado su propia rama de estudio a la que se le ha denominado economía laboral. Si se quiere formar en el estudio del mundo del trabajo y la conciliación laboral deberá formarse como Especialista en Conciliación Laboral y Plan de Igualdad en la Empresa.
«La economía laboral estudia la forma de desarrollo económico, sociocultural e institucional del mercado del trabajo. De modo que se puedan explicar la oferta laboral, los salarios y el desempleo entre otros factores». Los vertiginosos avances tecnológicos que vienen sucediéndose durante las últimas décadas han cimbrado el terreno laboral como nunca antes.
La aparición de nuevas herramientas que permiten al trabajador común realizar tareas antes reservadas a especialistas. Y junto al remplazo de personas por máquinas capaces de hacer el mismo trabajo a mayor velocidad y menor precio. Someten al mundo laboral a enormes presiones que todavía no sabe bien cómo resolver.
El trabajo hasta el día de hoy ha sido el sostén económico del mundo y su precarización. Tanto como su escasez ponen en riesgo a la sociedad misma. Es imperativo entonces. Hacer los ajustes económicos necesarios que nos aseguren la continuidad y prosperidad de la sociedad.