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Cómo hacer un Doctorado Online y no morir en el intento

Cómo hacer un doctorado online y no morir en el intento (ni renunciar a su humanidad en el proceso) 

¿Se ha preguntado alguna vez si está realmente preparado para hacer un doctorado online? ¿O si sobrevivirá al intento sin perder amigos, pareja, cabello o cordura? Bienvenido: este artículo es para usted, y está especialmente pensado para todos los que desean estudiar un doctorado virtual sin renunciar a su vida ni a su humanidad. 

Hacer un doctorado virtual es como apuntarse a una expedición a los Himalayas, pero desde su sala. Exige disciplina, sentido del humor, algo de café (o mucho), y una fe inquebrantable en que usted puede con esto… aunque haya olvidado dónde está el botón de “Adjuntar archivo”. 

A continuación, le presento una guía honesta, útil y ligeramente divertida para que esta aventura académica no lo arrastre al abismo. Spoiler: sí, se puede. Y sí, vale la pena. Porque hay decisiones que no solo transforman su futuro, sino que pueden cambiar el mundo. 

  1. Lo primero: ¡respire!

Sí, lo sabemos. Un doctorado suena a bata blanca, a palabras de más de cinco sílabas y a noches sin dormir. Pero también suena a conquista, a crecimiento, a tener una silla (y voz) en la mesa de los que generan conocimiento. Así que antes de entrar en pánico, inhale. Exhale. Póngase cómodo. Esto se puede hacer, y usted no está solo/a. 

  1. Elija bien su tribu académica

Hacer un doctorado online no es sinónimo de estar solo como náufrago con tesis. Lo primero es elegir una universidad que lo entienda, que le hable claro, que le responda rápido y que no lo mande a leer 300 páginas para entender cómo enviar su primera tarea. 

UNADE, por ejemplo, no le promete unicornios. Le promete calidad, un equipo humano con sentido común (y sentido del humor) y un sistema flexible que no lo obligará a elegir entre entregar su ensayo o ver la función de teatro de su hijo. 

Si está considerando opciones, explore los programas de doctorado en línea de UNADE como el Doctorado en Educación o el Doctorado en Dirección y Gestión de Proyectos. Son programas diseñados para quienes buscan combinar formación académica de alto nivel con una modalidad accesible y flexible. 

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  1. El síndrome del impostor tocará la puerta. Ábrale, pero no lo deje entrar

Spoiler 2: habrá días en que creerá que no es suficientemente inteligente para esto. Que su tema no es tan original. Que la palabra «fenomenológico» le da alergia. No pasa nada. A todos nos pasa. Eso también es parte del proceso. Usted no está roto: está creciendo. 

Lo importante es no quedarse en ese estado. Busque a su tutor. Hable con otros doctorandos. Lea a alguien que admire. Coma chocolate. Y vuelva a su tesis. Porque el camino del doctorado virtual también es un camino de descubrimiento personal. 

  1. La flexibilidad online: aliada o trampa mortal

Estudiar online suena a libertad. Y lo es. Pero también es una trampa si no se autogestiona. Porque nadie va a ir a golpearle la puerta para decirle que avance con el marco teórico. Nadie va a bajarle puntos por estudiar en pijama (bueno, eso está bien). Pero el riesgo está ahí: procrastinar con excusas académicas. 

Consejo de oro: cree una rutina. Aunque sea mínima. Aunque sea ridículamente sencilla. Tres horas a la semana que son sagradas. Como su serie favorita, pero con más citas APA. 

  1. Su familia no entenderá lo que está haciendo… y está bien

Explique con cariño. Sea paciente. No se ofenda cuando le digan: “¿Eso es como una maestría, pero más larga, ¿no?”. O cuando su pareja le suelte: “¿Otra vez leyendo cosas raras sobre epistemología?”. Ellos lo intentan. 

Y un día, cuando lo vean defender su tesis con solvencia y una sonrisa, entenderán todo. Incluso la epistemología. Y usted se habrá convertido en doctor o doctora con un título válido, accesible y completamente online. 

  1. Usted cambiará, y eso es exactamente lo que debe pasar

No sólo aprenderá a investigar. Aprenderá a pensar distinto. A cuestionar. Escribir con precisión. A leer entre líneas. Dormir poco y valorar mucho una retroalimentación positiva. 

Hacer un doctorado en línea no lo convierte en una máquina. Lo convierte en alguien más libre, más estructurado, más capaz de cuestionar lo que antes daba por sentado. Y eso es una forma silenciosa, pero poderosa, de cambiar el mundo. 

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  1. La tesis no es su enemiga. Es su espejo

Sí, la tesis es larga. Sí, a veces es confusa. Pero no es un castigo. Es una obra personal. Un mapa de lo que usted sabe, de lo que ha vivido, de lo que puede aportar. No luche contra ella. Escúchela. Déjela madurar. Y, si es necesario, reescríbala sin drama. Así como uno se cambia de ropa cuando algo no encaja, usted puede reorganizar capítulos sin perder la dignidad. 

  1. ¿Y si un día no puede más?

Tómese un descanso. Media hora. Un día. Una semana. Vuelva. Pero no se rinda. A veces hay que parar para agarrar impulso. Lo que no vale es renunciar a usted mismo. 

En UNADE, lo sabrán entender. Habrá alguien que le diga: “tranquilo, siga cuando esté listo”. Eso no es debilidad, es humanidad. Y en un doctorado, ser humano sigue siendo lo más valiente. 

  1. Ría. Sí, ría.

Ría de sus errores. De sus notas marginales que no se entienden. De la vez que envió un archivo en blanco por error. Del tutor que le dijo “revise la coherencia interna” y usted pensó que se refería a su estado emocional. El humor salva siempre, úselo. 

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  1. Al final, lo sabrá: valió la pena

El día que defienda su tesis, que vea su nombre con el prefijo “Dr.” o “Dra.”, que sienta que su trabajo tiene impacto… ese día sabrá que cada minuto invertido, cada lágrima, cada noche sin dormir, tuvo sentido. 

Porque usted no solo hizo un doctorado. Usted eligió no quedarse donde estaba. Decidió pensar más allá. Usted transformó su mundo interior, y eso siempre impacta el mundo exterior. 

Epílogo para sobrevivientes: 

Si ha llegado hasta aquí, felicidades. No por leer el artículo. Por mantenerse curioso, comprometido, ambicioso. Por no conformarse. Y si aún no ha comenzado su doctorado, pero ya lo está considerando… sepa que en UNADE hay una comunidad esperando. Con rigor, sí, pero también con empatía y una sonrisa. 

¿Está listo? Entonces no lo piense tanto. Porque hay decisiones que no solo cambian carreras. Cambian mundos. Y el suyo puede ser el próximo. Hacer un doctorado online no es solo una meta académica: es una oportunidad real de transformación personal y profesional. 

 

Autora: Dra. Ruth Gómez 

Periodista, politóloga experta en conducta humana especializada en comunicación. Creativa académica y asesora estratégica de campañas para la educación doctoral 

Universidad Americana de Europa UNADE 

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