El aprendizaje de una lengua extranjera no se limita a conceptos y conjugaciones verbales. A menudo, desde la enseñanza, se olvida profundizar en las cuestiones socio-culturales de esa lengua y así como en entender la intencionalidad de nuestros mensajes. Para ello debemos saber qué es la intención comunicativa, ¿quiere saber cómo afecta esta cuestión al dominio de un idioma?
Frecuentemente, las personas que conocen una segunda o tercera lengua pueden distinguirse en dos categorías. En primer lugar, aquellos que tienen la teoría y las normas lingüísticas claras, es decir, saben cómo expresarse correctamente. En segundo lugar, aquellos que, además de lo anterior, entienden la cultura y, sobre todo, saben utilizar la intencionalidad como parte de una comunicación eficaz.
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Comprenda qué es la intención comunicativa
Puede que muchos piensen que la clave de conocer un idioma es saber estructurar las oraciones y hacerse entender. Pero para ello es necesario más que un montón de palabras. En este sentido, la intención comunicativa hace referencia al propósito del emisor con su mensaje escrito u oral. Es decir, tiene que ver con la reacción que pretende conseguir en el receptor.
Un mismo mensaje puede tener distintos objetivos. Ciertamente, aspectos como la entonación, el tono o las palabras escogidas tienen mucho que ver con cómo va a entenderse. Por ello, la intención comunicativa es fundamental en el proceso de intercambio de información entre dos o más personas.
Es más, algunas personas con trastornos mentales como puede ser el autismo, cuentan con déficit comunicativo por esta cuestión. Su falta de entendimiento de la intención del mensaje les lleva a tener mayores dificultades en la emisión y recepción del mensaje.
No ser conscientes de la importancia de la intención comunicativa, dificulta el proceso, pero no lo imposibilita. Es más, si tenemos algún hándicap podemos trabajarlo para lograr que el proceso sea lo más satisfactorio posible.
Las funciones del lenguaje
Para entender la cuestión anterior, debemos hablar de las distintas funcionalidades que puede adoptar el lenguaje en base a nuestro propósito como emisores. Así pues hay que tener en cuenta los elementos que potenciamos para obtener uno u otro resultado.
- Emotiva: tiene que ver con la expresión de los sentimientos.
- Representativa: relacionada directamente con el contexto de la información.
- Apelativa: su función es influenciar los actos de las personas que reciben el mensaje.
- Poética: tiene que ver con la transmisión de un mensaje estético mediante la poesía u otros géneros similares.
- Fática: su objetivo es comprobar que el proceso comunicativo funciona correctamente y el receptor escucha al emisor.
- Metalingüística: tiene que ver con la propia lengua, el modo en el que lo explicamos en sí mismo.
Tipos de intencionalidad en la comunicación
Una vez hemos comprendido las funciones del lenguaje, será más sencillo entender su relación con la intención comunicativa. A continuación enumeramos algunas de las más relevantes:
- Informativa: el emisor lanza un mensaje que pretende informar sobre una cuestión concreta al receptor. En este caso es fundamental utilizar información contrastada, datos,..para elaborar el mensaje.
- Persuasiva: se trata de intentar convencer sobre algo al receptor. Para ello utilizaremos la argumentación.
- Apelativa: al igual que la función, tiene que ver con influenciar a otras personas para que actúen de un modo concreto. En este sentido, deben darse indicaciones claras y sencillas.
- De advertencia: podemos utilizarla para avisar sobre algo que conlleva peligro.
Asimismo, podemos encontrar otras fórmulas muy presentes en nuestro día a día. Pero lo realmente importante es entender la relevancia de la intencionalidad. Sin ella el mensaje se queda vacío y puede no entenderse.
La intención comunicativa en la enseñanza del español como lengua extranjera
Para finalizar, y cerrando el círculo con la temática que comenzamos, hablaremos de la enseñanza y la intención comunicativa. En este caso, atenderemos a la docencia del español como lengua extrajera.
Para conseguir que los alumnos y alumnas interioricen esta cuestión, más allá de una gran cantidad de vocabulario, es crucial la gamificación de la docencia. Es decir, introducir juegos que diviertan a los estudiantes y a la vez les aporten conocimiento.
La gamificación cada vez se incluye en más ámbitos y la enseñanza es uno de ellos. Además de divertirse, dinamizar el estudio puede ser motivador para las personas que están aprendiendo. Por ende, la participación aumentará y se quedarán fuera los miedos e inseguridades.
De igual modo, abordar temas de interés para los alumnos y alumnas es muy importante. De este modo, verán que se muestra preocupación por las cuestiones que pueden ser útiles en su vida. Asimismo, dependiendo de la edad deberá adaptarse el contenido y la forma.
Estos tips pueden traducirse en representaciones teatrales donde los alumnos y alumnas adquieren un papel donde deben tener claro su intención en el diálogo. Asimismo, puede practicarse la lectura comprensiva. Igualmente, actividades como entrevistas o concursos pueden mejorar esta competencia dentro de la lingüística.