La formación en línea tiene grandes ventajas para los alumnos y alumnas, cada vez se descubren más. Autonomía, flexibilidad, conciliación,…entre otras, sin embargo, también requiere una gran disciplina en los hábitos de estudio.
Ser un buen estudiante no tiene que ver únicamente con la inteligencia del estudiante. En ocasiones el mal rendimiento de una persona se debe a la deficiencia en sus métodos de estudio y no tanto a sus capacidades.
Por este motivo, tener unos hábitos de estudio adecuados es fundamental para obtener buenos resultados académicos. Por el contrario, la falta de estos tiende a derivar en peores calificaciones.
Los hábitos: qué son y para qué sirven
Un hábito es una rutina, una acción que se realiza de forma regular y constante. Por ejemplo, desayunar leche con galletas sentado en el taburete de la cocina. Siempre sucede así y forma parte de nuestro día a día. O practicar dos veces por semana ejercicio,…
Cuando hablamos de hábitos de estudio, nos referimos a esas actividades que realizamos regularmente para adquirir conocimiento y mejorar nuestro aprendizaje. Un ejemplo de esto podría ser repasar la lección cada día.
No queremos engañarle, conseguir que una acción se convierta en hábito no es sencillo. Al menos, tardará 21 días para formar la rutina; aunque podría prolongarse hasta los 66, depende de la perseverancia y el interés de la persona.
Los hábitos (buenos o malos) son un elemento básico en el aprendizaje del ser humano. Los desarrollamos porque el cerebro busca ahorrar esfuerzos. Por lo tanto, mediante la repetición somos capaces de automatizar ciertas actividades sin tener que gastar demasiada energía en ello.
En el ámbito del estudio es una forma de interiorizar las acciones para que mediante la repetición podamos adquirir conocimientos. Una vez formado el hábito, el proceso de estudio no supone un esfuerzo, es parte de nuestra conducta habitual. En conclusión, es más sencillo cumplir los objetivos.
Ejemplos de buenos hábitos de estudio
Tanto la formación presencial como la modalidad en línea requieren de una disciplina, en definitiva, unos buenos hábitos de estudio. Para ello, la planificación es crucial para obtener los resultados deseados.
Conseguir que la metodología de estudio se convierta en un hábito es garantía de éxito, mucho más que la inteligencia o el centro de formación. Si quiere conseguir sus metas…¡preste atención!
Planificación y organización
¡Coja su agenda y comience a apuntar! Revise su calendario de clases y revise a cuáles podrá asistir y cuáles tendrá que ver en grabación posteriormente. Tenga en cuenta el resto de sus obligaciones y sea realista. De nada sirve realizar una planificación si sabe que será imposible cumplirla.
Preste atención también a las tareas individuales y trabajos en equipo. Confirme cuáles son los plazos de entrega y la disponibilidad para quedar con su grupo.
Además, no se olvide de planificar sus rutinas de estudio. Responda a las preguntas cuándo, dónde y cuánto tiempo.
El dónde y el cuándo sí importan
Como decíamos, preste atención a sus horarios de estudio. Elija siempre que sea posible la misma hora para fomentar la creación del hábito. Aunque la formación en línea permite ajustarse a sus necesidades, no relegue el estudio frente a otras tareas. ¡Tómeselo en serio!
Otra de las ventajas del estudio online es que puede acceder a los contenidos donde quiera, pero eso no hace que cualquier lugar sea adecuado. Trate de preparar el espacio donde va a estudiar.
Recuerde tener disponible todo lo necesario y así evitará distracciones yendo a buscarlo. También tenga en cuenta la comodidad, si no es un lugar confortable donde se sienta a gusto perjudicará a su concentración.
El espacio de estudio no tiene porqué ser en casa, puede acudir a una biblioteca o una sala de estudio si lo prefiere. Pero tenga en cuenta todas las recomendaciones anteriores.
¡No al exceso!
De nada sirve que un día pase cinco horas estudiando y el resto de la semana no haga nada. Será imposible crear el hábito y, además, podría saturarse. Asimismo, los descansos son fundamentales. Programe sus breaks entre lecciones.
Por otra parte, el descanso también incluye el sueño nocturno. Asegúrese de tener buenos hábitos para dormir. La mente necesidad desconectar para ser productiva.
Evite las distracciones
Su smartphone es su peor enemigo durante el estudio. Evite esta y otras distracciones. Apague los dispositivos que puedan evadirle, restrinja aquellas cuestiones que le distraigan,…
Esto no significa que no pueda consultar distintas webs o utilizar herramientas como la nube, le serán necesarias y harán su trabajo más sencillo. Pero manténgase atento a aquellas que reducen su productividad.
Objetivos y metas
Primero marque un gran objetivo, lo que quiere lograr al final del camino. Podría ser finalizar con méritos la maestría que está cursando. ¡Sea concreto!
Posteriormente, fije pequeñas metas que le motivarán durante el camino. Por ejemplo: superar el primer examen, analizar un ejercicio práctico, realizar el trabajo grupal…recuerde que deben ser realistas y alcanzables.
El método
¿Cómo estudia usted? ¿Prefiere leer en voz alta? ¿Le gusta realizar resúmenes de las lecciones? Sea cual sea la forma, defínala. Tenga claro qué es lo que le funciona y evite lo que no.
Si se concentra más estudiando directamente desde la pantalla, hágalo. Pero si le cuesta, imprima sus apuntes o redáctelos a mano. Pruebe a explicar la lección a otra persona, a repetir en voz alta, grábese,…
Bonus
Aunque la escuela no sea determinante, elegir una institución que ofrece ventajas para el estudio online siempre sumará puntos a su favor. Por lo tanto, valore a la universidad y sus metodologías. También cuáles son sus herramientas y que cuestiones pueden aportarle valor.
En otro orden de cosas, elija un estudio que le motive y que considere que cumplirá con sus objetivos personales y profesionales.
Todo lo demás es cuestión de constancia y disciplina…así que si quiere obtener los mejores resultados trabaje para crear buenos hábitos de estudio.